lunes, 10 de septiembre de 2007

*BaiLaNdO*

Bailando escapamos de la celeridad de la noche, de la frivolidad de los invitados y de la soledad de las copas. Bailando logramos ese paso que nos llevo al futuro, al futuro de un joven hechicero y un gallardo campesino. Bailando hoy busco el error entre las silabas de los arcanos conjuros que me llevo al amor en un palacio. Bailando te preguntas en donde esta tu campo ahora y lo buscas desde la ventana.Bailando entre nuestros cuerpos, los espíritus convergen en una sola voz frenética que nos advierte y nos lanza acusaciones improbables. Bailando con ese torpe movimiento del campo, consigo hacerte dar una voltereta imposible bajo mis brazos. Bailando nos ocultamos y pasamos entre la gente como cualquier otra pareja, como dos simples personas que bailan al rededor. Bailando ese baile que te enseñan las ovejas, me conquistas mejor que el mejor de los filtros, mejor que el vino, mejor que nada, que todo. Bailando, tus ojos recorren una nueva estancia a la que llegamos, como buscando algún leve observador que pudiera ver o interrumpir. Bailando una suave melodía, tus dedos delinean el contorno de mi boca y mientras la melodía toma velocidad, tus dedos dejan de serlo y dan paso a los labios de legumbre. Bailando, esas tus manos recias e impetuosas pasan a mi cuerpo, abandonan tus sentidos y la memoria de esa preocupación de estar siendo observados se pierde y viene la adrenalina del peligro ocular. Bailando los candelabros pesados e indiscretos susurran nuestras acciones y acompañan con tintineos el movimiento con el que tus manos áridas arrojaron los despojos de tu joven petimetre y sacaron a la luz al inquieto salvaje encarcelado. Bailando, tus uñas monoliticas crean zurcos y cenizas en mi espalda descubierta y tus dientes abren los abismos perdidos en mi garganta, las grutas infranqueables en mi cuello.

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